Los pronombres posesivos, o simplemente posesivos,
tienen como valor principal el de la posesión, pero también tienen un valor
relacional, pues ligan lo poseído con uno o varios poseedores.
No hay acuerdo entre los gramáticos sobre la
función de los posesivos, aunque actualmente se suelen considerar pronombres
en todos los casos, pues sustituyen al nombre del poseedor (GDLE, p. 975).
Así, en María lava su coche, el pronombre su equivale a de
María. También hay autores que los consideran personales, por cuanto tienen
flexión de persona, de modo que serían pronombres personales posesivos o genitivos.
Ejemplo: